domingo, 25 de abril de 2010

APUNTES DE ORTOGRAFÍA

LOS FONEMAS Y EL ALFABETO
Para comunicarse con los demás, el ser humano ha creado una serie de sonidos y los ha representado gráficamente como letras, que ha reunido en alfabetos. A, B, C, D…, todos sabemos recitar de memoria el abecedario, y, además, somos capaces de combinar los sonidos, inconscientemente, formando unidades mayores, como sílabas y palabras, que es lo que nos permite establecer la comunicación humana. Pero ¿te has parado a pensar cuál es el origen de esos sonidos que pronuncias y esas grafías que escribes?
¿CÓMO SE PRODUCEN LOS SONIDOS?
Los sonidos se originan en nuestro aparato fonador, siguiendo este proceso: al aspirar, introducimos aire en nuestros pulmones, que el diafragma expulsa hacia los bronquios, la tráquea y la laringe, donde las cuerdas vocales, al tensarse, vibran y originan sonidos. Estos sonidos se modifican en la boca por el movimiento de los labios, la lengua, el velo del paladar y la mandíbula inferior, diferenciándose unos de otros. Es lo que se llama la articulación.
Ahora, prueba a decir el alfabeto, pero delante de un espejo. Fíjate en cómo mueves los labios, la lengua… Después, pronuncia palabras sueltas. Es curioso, ¿verdad?
LOS FONEMAS Y LOS SONIDOS
Los fonemas son las unidades más pequeñas de la lengua. Solo existen en nuestra mente como una imagen acústica o visual que nos permite usarlos o reconocerlos. Cuando los utilizamos, los convertimos en sonidos, que reconocemos a través del oído por su pronunciación, o en grafías, que llegan a nosotros a través de la vista por su representación gráfica (las letras).
Los fonemas del español son veinticuatro:

/a/, /b/, /z/, /ch/, /d/, /e/,
/f/, /g/, /i/, /j/, /k/, /l/,
/ll/, /m/, /n/, /ñ/, /o/, /p/,
/r/, /rr/, /s/, /t/, /u/, /y/.

Aunque no significan nada por sí mismos, estos fonemas diferencian significados, porque combinándolos formamos muchas palabras distintas: bala, cala, gala, mala, pala, rala, sala, tala.
CLASES DE FONEMAS
Vocálicos: al pronunciarlos, el aire no encuentra ningún obstáculo en su salida hacia el exterior. Son cinco: /a/, /e/, /i/, /o/ y /u/.
Consonánticos: en su articulación, ponemos obstáculos al aire para salir por la boca, ya sea con la lengua, los dientes, los labios, etc. Así, para emitir el sonido /p/ unimos los labios, para el sonido /f/ juntamos los dientes superiores con el labio inferior, para el sonido /m/ expulsamos el aire por la nariz, etc.
Los sonidos vocálicos pueden aparecer solos, como palabras independientes (a, o, etc.), o combinados con consonantes para formar sílabas (a-cer-ti-jo). Los sonidos consonánticos han de unirse a los vocálicos para poder pronunciarse y crear sílabas; nunca forman palabras independientes.
EL ALFABETO
El alfabeto es el conjunto de letras o grafías con que se representan los sonidos de una lengua.
El alfabeto español tiene veintisiete letras, que pueden escribirse de dos formas, en minúscula: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z, o en mayúscula: A, B, C, D, E, F, G, H, I, J, K, L, M, N, Ñ, O, P, Q, R, S, T, U, V, W, X, Y, Z.
Debemos aprenderlo en el orden establecido porque con él se organizan las palabras de los diccionarios, se crean listas, se clasifican ficheros, etc.
El número de letras no coincide con el de los fonemas, ni a cada sonido le corresponde un fonema: de la h, por ejemplo, decimos que es muda, porque no representa ningún fonema, mientras que la x suele corresponder a la suma de dos fonemas: /k+s/ o /g+s/. Una letra puede representar dos fonemas diferentes, y al revés: varias letras diferentes pueden representan un solo fonema. Observa la relación entre fonemas y letras en el siguiente cuadro:

CIENCIAS QUE ESTUDIAN LOS SONIDOS, LOS FONEMAS Y LAS GRAFÍAS
La fonética se ocupa de la pronunciación y la evolución histórica de los sonidos; la fonología estudia el valor funcional de los fonemas para formar palabras; la ortografía atiende al uso correcto de las letras y los signos de puntuación; y la ortología, a su exacta pronunciación.
Pronunciación
¿Te has preguntado alguna vez por qué, a pesar de hablar el mismo idioma, un argentino no pronuncia igual que un español ni que un mexicano? Para pronunciar correctamente necesitamos aprender a articular los fonemas bien; pero estos no se articulan siempre igual, pues depende de la persona que los pronuncie y de la posición que ocupen en la cadena hablada.
La ortología es el arte de pronunciar correctamente los sonidos del idioma y, por extensión, de hablar con propiedad, utilizando las palabras adecuadas.
¿QUÉ NORMAS DEBEMOS SEGUIR SI QUEREMOS PRONUNCIAR BIEN?
El sistema fonológico español no ofrece excesivas dificultades en cuanto a su articulación. No obstante, conviene recordar algunas peculiaridades de los fonemas y ciertos errores que hemos de evitar:
/b/
Se representa con tres letras, b, v y, excepcionalmente, w.
Cuando el fonema /b/ ocupa el final de una sílaba, es incorrecto cambiarlo por /p/: /abdómen/, no */apdómen/.
Los grupos abs, obs, ubs, en la lengua oral, tienden a perder la b, pero esta se mantiene en la escrita por influencia culta: abstracto, obstáculo, subscripción.
/z/
Es representado por las letras c (ante e, i) o z (ante a, o, u). En gran parte de Andalucía, Canarias y casi toda Hispanoamérica, este fonema se pronuncia como /s/: /kabesáso/ (cabezazo), /sársa/ (zarza), /ejersísio/ (ejercicio). Es lo que se conoce como seseo.
/ch/
Aunque en la escritura está compuesto por dos letras, este fonema tiene un único sonido y como tal lo hemos de pronunciar: chochez, achicharrar, cuchichear.
/d/
En las terminaciones -ado de los participios, en España, a veces se suprime el fonema /d/, en el lenguaje coloquial: */termináo/ por terminado, y, en el vulgar, en las de los participios en -ido: */partío/ por partido. Estos usos son incorrectos: en un lenguaje cuidado, la d debe pronunciarse siempre.
Tampoco es admisible el cambio del fonema /d/ por /z/ o /t/ que hacen algunos al decir, por ejemplo, */virtúz/ o */virtút/ por virtud; ni por el fonema /r/ cuando debemos utilizar la forma imperativa y no la del infinitivo: */bailár/ por bailad o */komér/ por comed.
/g/
Es el que escribimos con las letras g (ante a, o, u): gato, goma, gusano; gu (+ e, i): albergue, guinda, guitarra; g (+ consonante): gladiolo, esgrima; o como final de sílaba: diagnóstico, ignorante.
Cuando el fonema /g/ va seguido de u + e, i y la u ha de tener sonido, es obligatorio el uso de la diéresis (¨): cigüeña, vergüenza, pingüino.
/j/
Es el fonema que gráficamente escribimos como g (+ e, i) o j: agenda, colegio, espejo, granjero, juguete.
/k/
Representamos este fonema como c (+ a, o, u), c (+ consonante), k y qu (+ e, i). Cuando la letra c va delante de una consonante, es incorrecto pronunciarla como /z/, hemos de hacerlo como /k/: inspector (/inspektór/), acné, inyección.
/ll/
Es un único sonido representado con dos letras: caballo, lluvia, muelle. En muchas zonas de España e Hispanoamérica se pronuncia como /y/; es lo que se llama yeísmo: /muráya/ (muralla); /obíyo/ (ovillo).
/p/
Las palabras que empiezan por ps-, en la lengua hablada, suelen perder el fonema /p/, aunque se mantiene en la escrita: psicólogo, psiquiatra, psicópata.
Igualmente tiende a debilitarse en la lengua oral el fonema /p/ en el grupo -pt- de palabras como septiembre, séptimo, etc.
Algunos convierten /p/ final de sílaba en /z/, en palabras como reptil (*/reztíl/), adopción, egipcio; es incorrecto.
/rr/
Es el sonido vibrante múltiple que aparece a principio de palabra: racimo (/rrazímo/), reja; entre vocales: parra, torre; y tras las consonantes l, n, s: alrededor, enredar, desratizar.
/s/
En algunas partes de Andalucía el fonema /s/ se pronuncia como /z/: /azezíno/ (asesino); es lo que se llama ceceo.
/t/
La t al final de sílaba a veces se pronuncia incorrectamente como /z/: */fúzbol/ por fútbol; */ézniko/ por étnico.
El acento y la entonación
Mediante el acento destacamos la sílaba más importante de cada palabra, que, como ya sabes, puede llevar tilde o no, según marquen las reglas de acentuación. Con la entonación ayudamos a nuestro interlocutor a interpretar correctamente nuestro mensaje, que puede variar mucho según el tono que utilicemos.
¿QUÉ ES EL ACENTO?
El acento es la mayor fuerza o intensidad con la que pronunciamos una sílaba en una palabra.
Cuando una palabra está formada por varias sílabas, se destaca una de ellas sobre las demás mediante el acento para indicar su importancia: a-ma-po-la, a-cor-de-ón. La sílaba acentuada recibe el nombre de tónica; las que no tienen acento se llaman átonas.
CLASES DE ACENTOS
Acento prosódico o de intensidad: es la mayor intensidad con la que destacamos la sílaba tónica de las átonas en el habla. En la palabra pa-lo-ma, el acento prosódico recae en la sílaba lo, porque es la que pronunciamos con el tono más elevado y con una duración mayor.
Acento ortográfico o tilde: es la rayita oblicua [´] que se coloca en la escritura sobre la vocal tónica cuando así lo requieren las reglas de acentuación. En bom-bón, el acento ortográfico se pone sobre la vocal de la sílaba bón, ya que así lo mandan las reglas ortográficas.
CLASIFICACIÓN DE PALABRAS SEGÚN EL ACENTO
Las palabras, dependiendo de la sílaba en la que se acentúen, se clasifican en:
• Agudas (en la última sílaba): pa-pá, ca-ra-col, ca-za-dor.
• Llanas (en la penúltima sílaba): he-la-do, bu-zo, bur-bu-ja.
• Esdrújulas (en la antepenúltima sílaba): bú-fa-lo, pó-mu-lo, cás-ca-ra.
• Sobresdrújulas (en la sílaba anterior a la antepenúltima): es-té-ti-ca-men-te, man-dán-do-se-lo, trá-e-te-lo.
OTRAS FUNCIONES DEL ACENTO
El acento también sirve para diferenciar el significado de algunas palabras, como té (bebida) y te (pronombre personal); cálculo (operación matemática), calculo (primera persona del presente de indicativo del verbo calcular) y calculó (tercera persona del pretérito indefinido del verbo calcular).
Además, el acento ayuda al emisor a destacar algo ante su interlocutor, alargando y elevando el tono de la sílaba tónica de alguna palabra: ¡Esto, y no lo que tú dices, es lo importante!
En la poesía, es uno de los elementos básicos de los que se sirve el poeta para crear o acentuar el ritmo.
¿QUÉ ES LA ENTONACIÓN?
La entonación es la línea melódica con que acompañamos en el lenguaje oral a las oraciones.
Para que un grupo de palabras forme una oración, obligatoriamente ha de tener una entonación. En ella influyen tres factores:
• Los grupos fónicos que componen la oración: los sonidos que entonamos con un solo impulso de voz mientras espiramos el aire.
• Las pausas: los silencios más o menos prolongados, que nos permiten inspirar aire para continuar hablando.
• Los tonemas: el final de los grupos fónicos, que pueden ser descendentes, sostenidos o ascendentes.
He aquí la entonación de los principales tipos de oraciones:
1. Enunciativa:
De un solo grupo fónico:

De varios grupos fónicos:

2. Interrogativa:
Si se pregunta por todo el enunciado:

Si se pregunta solo por parte del enunciado:

3. Exclamativa:

¿QUÉ FUNCIÓN TIENE LA ENTONACIÓN?
La entonación ayuda al hablante a expresarse, pues le sirve, entre otras cosas, para:
• Delimitar las palabras que pertenecen a un grupo fónico o a una oración: Este libro es de matemáticas.
• Diferenciar significados: Nieva (enunciativa); ¿Nieva? (interrogativa); ¡Nieva! (exclamativa).
• Poner de manifiesto la intención del hablante: en frases como ¡Qué simpático eres!, dependiendo de la entonación que se le dé, se señala una cualidad de la persona… o todo lo contrario, si se adopta un tono irónico al enunciarla.
Reglas de acentuación
Existen dos tipos de acentos. Uno es el acento prosódico, que, en la lengua oral, es la mayor intensidad con la que pronunciamos la sílaba tónica de una palabra. El otro tipo es el acento ortográfico o tilde, el signo que, en la lengua escrita, colocamos sobre la sílaba tónica para destacarla frente a las átonas. Pero la tilde, como ya sabes, solo se pone cuando lo requieren las reglas de acentuación. ¿Las repasamos?
REGLAS GENERALES
Seguro que recuerdas que las palabras, dependiendo del lugar que ocupe su sílaba tónica, pueden ser: agudas (última sílaba); llanas (penúltima sílaba); esdrújulas (antepenúltima sílaba), y sobresdrújulas (la sílaba anterior a la antepenúltima). Partiendo de esta clasificación, se establecen las reglas generales de acentuación. Así, se pone tilde en los siguientes casos:
• Palabras agudas que terminen en vocal, en n o en s: mamá, tobogán, compás.
• Palabras llanas que terminen en consonante que no sea n ni s: trébol, lápiz, azúcar.
• Todas las palabras esdrújulas y sobresdrújulas: máscara, ídolo; cuéntamelo, plantándosenos.
CASOS PARTICULARES DE ACENTUACIÓN
1. Diptongos, triptongos e hiatos:
Los diptongos acentuados y los triptongos siguen las reglas generales de acentuación. La tilde se pone sobre la vocal abierta (a, e, o): función, rodapié; despreciáis, vaciéis.
Las palabras con hiato también siguen las reglas generales de acentuación: hé-ro-e, hi-a-to, a-é-re-o, pi-ar, des-tru-ir, va-ho; ahora bien, cuando en un hiato de vocal débil (u, i) y vocal fuerte (a, e, o) el acento recaiga sobre la débil, esta llevará tilde siempre, para indicar que no hay diptongo: rí-o, pú-a, Za-ca-rí-as, a-ún, e-go-ís-ta.
2. Monosílabos:
Las palabras de una sola sílaba, como me, ti, fue, fui, vi, vio, di, dio..., no llevan tilde, excepto en aquellos casos en que este signo ortográfico indique una diferencia de significado (tilde diacrítica): Mi consola es para mí exclusivamente.
3. Adverbios terminados en -mente:
Las palabras terminadas en -mente son adverbios que se han formado a partir de un adjetivo. Llevan tilde si la llevaba el adjetivo del que procedan: fríamente, irónicamente, telefónicamente.
4. Formas verbales con pronombres enclíticos:
Las formas verbales a las que se añaden uno o dos pronombres al final siguen las normas generales: piénseselo, comiéndonoslo.
5. Letras mayúsculas:
Aunque escribamos una inicial o una palabra en mayúscula, hemos de poner tilde igualmente cuando así lo exijan las reglas de acentuación: Óscar, CÁDIZ, BERLÍN.
LA TILDE DIACRÍTICA
La tilde diacrítica diferencia el significado de las palabras que coinciden en su forma. Se utiliza en los siguientes casos:
1. Solo (adjetivo o adverbio) se escribe sin tilde, excepto en caso de posible ambigüedad o confusión, en que el adverbio deberá llevarla:

Voy solo por la mañana (adjetivo: ‘sin compañía’).
Voy sólo por la mañana (adverbio: ‘solamente’).
2. Aun lleva tilde cuando equivale a ‘todavía’; y no la lleva cuando significa ‘hasta, también, incluso’:

Aún es de día; pero aun así, no tengo suficiente luz.
3. Los demostrativos (adjetivos y pronombres) se escriben sin tilde. Solamente cuando en una oración exista riesgo de ambigüedad porque el demostrativo pueda interpretarse como adjetivo o como pronombre, llevará obligatoriamente tilde en su uso pronominal:

Esta mañana cambiará de parecer (determinante que acompaña a mañana).
Ésta mañana cambiará de parecer (pronombre, sujeto de la oración).
Los pronombres demostrativos neutros singulares (esto, eso, aquello) nunca llevan tilde, pues en español no hay adjetivos demostrativos neutros con los que puedan confundirse: Toma esto para ti / Toma *esto libro para ti.
4. Los pronombres interrogativos y exclamativos llevan tilde siempre:

¿Cómo dices?
No sé quiénes vienen.
¡Cuánto grita mi madre!
Ya me han dicho adónde vas de vacaciones.
Lo importante no es el qué, sino el cómo.
Estos pronombres no deben confundirse con conjunciones que coinciden en la forma, pero no en el significado:

Como lo pienso, lo digo.
¿Que venís a comer mañana?
¿Me avisará cuando llegue mi tren?
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra.
¡Todo cuanto sé lo aprendí de los libros!
5. Los monosílabos:
Monosílabos: tilde diacrítica
Monosílabos: tilde diacrítica
el (artículo determinado): él (pronombre personal):
El reloj dio las doce. El jefe es él.
tu (determinante posesivo): tú (pronombre personal):
Tu hermano vino ayer. Y tú no estabas.
mi (determinante posesivo): mí (pronombre personal):
Encontré mi libro. Mi hijo se parece a mí.
te (pronombre personal): té (nombre):
Te quiero. Quiero té.
se (pronombre personal): sé (del verbo saber o del verbo ser):
Se lo llevó ayer. Sé la respuesta: sé tú mismo.
mas (conjunción adversativa): más (adverbio de cantidad):
La vi, mas no la conocí. Dame más pan.
si (conjunción o nombre: 'nota musical'): sí (pronombre personal o adverbio):
Si quieres, lo hago. No da más de sí.
Esa nota es un si bemol. ¿Le has dicho que sí?
de (preposición): dé (del verbo dar):
Es de algodón. Quiero que me dé mi paraguas.


LA SÍLABA
Cuando un niño aprende a leer, suele hacerlo silabeando, pronunciando las palabra a golpes de voz: ma-má, pi-ja-ma, me-sa..., sin saber, en realidad, que las está dividiendo en sílabas.
¿QUÉ ES UNA SÍLABA?
Los fonemas (ya sean sonidos o grafías) no suelen presentarse aislados, sino que aparecen agrupados formando unidades superiores. Una de estas unidades es la sílaba.
Una sílaba es el fonema o grupo de fonemas que se pronuncia en un solo golpe de voz.
Puede ser una vocal sola o la combinación de una vocal con una o varias consonantes: a-ma-ne-cer, al-ba-ñil, a-le-gre, bi-ci-cle-ta, ins-crip-ción.
Las sílabas por sí solas carecen de significado: ra, mi, trans, dio, sor; pero con ellas bien unidas y ordenadas, los hablantes podemos formar palabras: ra-dio-trans-mi-sor.
TIPOS DE SÍLABAS
Según su composición, las sílabas pueden ser:
• Abiertas o libres (terminan en vocal): ma-ña-na.
• Cerradas o trabadas (terminan en consonante): cor-tés.
Por el número de vocales que aparecen en ellas, las sílabas se dividen en:
• Simples (tienen una sola vocal): ga-mo.
• Compuestas (tienen dos o tres vocales): cien, miau.
Según las sílabas estén o no acentudas, se distingue entre:
• Tónicas (con acento, pudiendo llevar tilde o no llevarla, según las reglas de acentuación): cis-ne, ár-bol.
• Átonas (sin acento): as-no.
Además, las sílabas pueden tener distinto número de letras, desde solo una: a-tar-de-cer, ¡hasta seis!: a-griéis.
DIPTONGOS, TRIPTONGOS E HIATOS
Se forma un diptongo cuando dos vocales se unen en una sola sílaba. El diptongo puede estar formado por una vocal abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u), o viceversa: cai-mán, de-li-cia, boi-na, jau-la, o bien, por dos vocales cerradas: Luis, ruido. La h intercalada entre dos vocales no significa que no pueda haber diptongo. Unas veces lo habrá: ahi-ja-do, ahu-ma-do, prohi-bir, y otras no: bú-ho, tru-hán.
Si el diptongo está en una sílaba acentuada, el acento recaerá siempre en la vocal abierta: es-táis, pei-ne. En los diptongos formados por vocales cerradas, el acento se sitúa en la segunda: cuí-da-te, je-sui-ta.
La unión de tres vocales en una sola sílaba forma un triptongo. La vocal que ocupa el lugar central y que se pronuncia con mayor intensidad siempre es abierta, las laterales son cerradas: viei-ra, lim-piáis.
Cuando la vocal i de un diptongo o un triptongo aparece al final de palabra se convierte en una y: Rey, buey, con-voy, Pa-ra-guay.
Dos vocales en contacto que pertenecen a sílabas diferentes reciben el nombre de hiato; es decir, hiato es lo contrario de diptongo: hoy es un ejemplo de diptongo; oí es un ejemplo de hiato.
El hiato puede estar formado por una vocal abierta (a, e, o) y otra cerrada (i, u), o viceversa: Ma-rí-a, pi-a-no, Ra-úl; por dos vocales abiertas: pa-se-o, Ja-én; o por dos cerradas: cons-tru-ir.
DIVISIÓN DE PALABRAS
¿Qué normas hemos de seguir cuando hayamos de dividir una palabra al final de un renglón?:
No podemos separar las letras que forman una sílaba: pie-dad.
Las letras dobles (ch, ll, rr) deben mantenerse juntas: chi-cha-rra, ga-lle-ta, te-rre-mo-to.
Dos consonantes iguales juntas (cc, nn) pertenecen a sílabas distintas: re-dac-ción, in-ne-ga-ble.
Los grupos formados por consonante + l o r forman siempre sílaba: cla-ri-ne-te, excepto que esta unión sea producto de la suma de un prefijo + una palabra: sub-ra-yar.
Los diptongos y triptongos no pueden fragmentarse: puer-ta, re-me-diéis; ni los hiatos pueden separarse al final de un renglón, excepto en palabras compuestas: en-tre-ac-to, con-tra-es-pio-na-je.
Las palabras compuestas cuyos componentes tienen existencia independiente, como nosotros, desentonar, pueden separarse como nos-otros o no-so-tros, des-en-to-nar o de-sen-to-nar.
Al final del renglón no puede haber una vocal sola: Ana, ha-da.
Si una palabra tiene una h intercalada, no se pone el guión de separación delante de esta letra, excepto si la h precede a los diptongos ie, ue: inhu-mano o inhuma-no, y no *in- humano; des-hielo.
Las abreviaturas (etc.), las siglas y los acrónimos (ESO) no se dividen nunca.
Léxico del español

¿Sabes que todas las palabras, como las personas, tienen su historia? Algunas de las que componen el léxico español nacieron en lugares que están muy lejos de donde se utilizan, como Oriente; otras tienen su origen en relatos o leyendas, como es el caso de la palabra ‘eco’, que recuerda a una ninfa de la mitología griega. ¿Quieres conocer más cosas sobre las palabras? Seguro que sí; para ello, empezaremos aclarando lo que es el léxico.
¿QUÉ ES EL LÉXICO?
El léxico es el vocabulario, el conjunto de palabras de un idioma. En él se puede distinguir el léxico patrimonial de los préstamos lingüísticos.
La mayor parte del léxico español procede del latín hablado durante la romanización (la época en la que los romanos dominaban la península Ibérica), ya que el español procede directamente del latín. Estas palabras son las que conforman el llamado léxico patrimonial. A estas se unieron posteriormente las aportaciones de otros idiomas: el griego, el árabe, las lenguas precolombinas…, que se conocen como préstamos lingüísticos.
La ciencia que se ocupa de estudiar el origen de las palabras es la etimología.
CULTISMO, SEMICULTISMO Y PALABRA PATRIMONIAL
A lo largo de los años, las palabras sufren modificaciones: cambian algunas letras, pierden otras, etc.; pero no todo los casos son iguales, por lo que, dependiendo de su evolución, las palabras se pueden dividir en tres grupos:
• Los cultismos son las palabras que no han cambiado desde su origen, las que han permanecido invariables: cátedra o lector.
• Los semicultismos son aquellas que solo han evolucionado ligeramente: licencia (licentïa) o mármol (marmor).
• Las palabras patrimoniales o populares son las que han sufrido variaciones fonéticas al pasar del latín vulgar al español: rueda (rota), joven (iuvènis).
PRÉSTAMOS LINGÜÍSTICOS Y NEOLOGISMOS
El contacto entre culturas favorece que unos idiomas tomen términos de otros; estos son los llamados préstamos lingüísticos. Los que conservan su grafía original se llaman extranjerismos: byte, pizza, flash; si se hace de ellos una traducción literal, se conocen como calcos: baloncesto (basketball) o fin de semana (weekend). Cuando su pronunciación y ortografía se españolizan, pasan a formar parte del léxico común: fútbol (anglicismo; es decir, que procede del inglés), avión (galicismo, del francés), buzo (lusismo, del portugués), etc.
Con los avances científicos y técnicos, surgen objetos o conceptos nuevos que hemos de nombrar. Para ello creamos neologismos (palabras nuevas) partiendo de elementos lingüísticos ya existentes, como prefijos, sufijos, etc., o empleando voces de nuestro idioma a las que damos un nuevo significado: ratón o menú, en informática.
A lo largo de toda su historia, el español ha ido tomando numerosas palabras de otros idiomas con los que ha estado en contacto. A continuación encontrarás algunos ejemplos:
• De las lenguas prerromanas (las que se hablaban en la península Ibérica antes de la llegada de los romanos) conservamos algunos nombres celtas, fenicios o cartagineses: zurdo, barro; incluidos muchos de ciudades, como Segovia, Cádiz o Ibiza.
• A través del latín, el griego nos ha aportado prefijos como hipo-, hiper-, poli-, con los que formamos palabras, como hipermercado o polígloto, y voces, como ortografía, filosofía, tragedia, epigrama, tirano o anarquía.
• Entre los siglos III y VI entraron los germanismos, que dejaron palabras como guerra, guiar, guarecer o burgo, que significaba ‘castillo’ y después pasó a ser sinónimo de ‘ciudad’, por lo que forma parte de muchos topónimos, como Burgos, y otras palabras derivadas de esta: burgués, burguesía, etc.
• Durante la Reconquista, el español tomó del árabe muchos términos relacionados con ciencia, agricultura, vivienda, albañilería, objetos domésticos o nombres de ciudades y ríos: álgebra, alquimia, alberca, aceite, alcachofa, mezquita, alcázar, adobe, alfombra, albornoz, medina, Guadalquivir...
• Del italiano hemos tomado palabras vinculadas a la música, el arte y la navegación: romanza, partitura, galeón, piloto...
• El descubrimiento de América nos puso en contacto con las lenguas precolombinas, de las que adoptamos términos como: chocolate, patata, aguacate, chicle, cóndor, zopilote, poncho, hamaca, piragua, canoa...
• El francés nos ha aportado vocablos de moda, perfumes, economía, administración y política: perlé, echarpe, pantalón, peluche, aval, parlamento, burocracia...
• En la actualidad, la mayor parte de los préstamos los tomamos del inglés: software, aerolínea, turista, pijama, fútbol, bistec, cómic, champú...
• El contacto con las otras lenguas hispanas ha favorecido la incorporación al español de palabras del gallego-portugués (morriña, vigía), vasco (izquierda, chabola) y catalán (capicúa, barraca).
CULTISMOS, VULGARISMOS Y JERGAS
Cada situación, nuestro nivel cultural, el tema tratado, etc., son aspectos que condicionan nuestra forma de expresión y también nuestro vocabulario. Ya sabes que no todo el mundo habla ni escribe igual en todas las situaciones; se puede utilizar un tipo de léxico u otro, unas palabras u otras. Los siguientes son algunos de los casos más comunes.
• Los cultismos son palabras eruditas, procedentes de las lenguas clásicas, el griego y el latín. Se utilizan en el habla culta, propia de las personas que tienen una sólida formación intelectual y conocen, por tanto, un amplio y preciso vocabulario.
• Llamamos vulgarismos a los usos incorrectos de las palabras, ya sea porque se pronuncien mal o porque se empleen inadecuadamente. Son propios de personas con escasa cultura, incapaces de variar de registro idiomático y cuyo vocabulario es pobre.
• Las jergas son lenguajes especiales que utilizan personas de una determinada profesión para comunicarse entre sí, por lo que sus términos son difíciles de entender para quienes no pertenezcan a ella. Las palabras propias de una ciencia o profesión reciben el nombre de tecnicismos.
Composición y formación de las palabras
El término latino iuvènis evolucionó, a través de los siglos, hasta dar lugar a la palabra española joven. Juventud, jovencita o juvenil son palabras derivadas de ella. ¿Te has preguntado alguna vez cuáles son los procesos que hacen que a partir de una palabra se creen otras? Pues sigue leyendo, porque en este artículo analizaremos los elementos que componen la palabra y los mecanismos para crear nuevos términos.
¿QUÉ ES UNA PALABRA?
La palabra es un conjunto de sonidos articulados, que podemos representar gráficamente con letras, a los que asociamos un significado: árbol, río.
ELEMENTOS QUE COMPONEN UNA PALABRA
La mayor parte de las palabras del español están formadas por un lexema o raíz (buen-os) y unos morfemas (buen-os).
El lexema o raíz nos indica el significado de la palabra y, en ocasiones, su familia léxica. Recuerda: las palabras que tienen la misma raíz y se relacionan en su significado forman parte de la misma familia léxica. Observa la información que nos proporciona el lexema en cada uno de los siguientes ejemplos:
• Leche: 'líquido blanco que segregan las mamas de las hembras de los mamíferos para alimento de sus crías'. De la misma familia son: leche, lechero, lechera, lechería, lechal.
• Café: 'bebida que se hace con la semilla del cafeto'. De la misma familia: cafeto, cafetal, cafetería, cafetera, cafeína.
Los morfemas se unen al lexema para complementarlo o modificarlo. Observa para qué nos sirven los morfemas:
• Aportan una información gramatical de género (masculino o femenino): leona; de número (singular o plural): cintas; de persona: (primera, segunda o tercera): cantaste; de tiempo (presente, pretérito imperfecto...): salimos, etc.
• Modifican el significado del lexema; en este caso, se denominan prefijos (aparecen delante de este) y sufijos (se colocan detrás): releer, jardinero, acusica.
El número de morfemas es inferior al de los lexemas, pero, combinados, dan lugar a un gran número de palabras.
FORMACIÓN DE LAS PALABRAS
La mayoría de las palabras se han creado a partir de distintos procesos de formación. Los más habituales son los siguientes:
• Por composición: añadiendo un prefijo a una palabra ya existente: prehistoria, deslenguado; o uniendo dos o más lexemas: limpiaparabrisas (limpiar + parar + brisa), vinagre (vino + agrio).
• Por derivación: añadiendo un sufijo a un lexema: becario, lobezno.
• Mediante la creación de siglas: palabra formada con las letras iniciales, usadas como abreviatura, de cada una de las palabras que forman un nombre: ONU (Organización de Naciones Unidas), AVE (Alta Velocidad Española).
• Con acrónimos, palabras formadas por siglas que se refieren a objetos o conceptos como si fueran verdaderas palabras, que se pronuncian silabeando, no deletreando: ovni (objeto volador no identificado), radar (Radio Detection And Ranging).
• Tomando préstamos lingüísticos: palabras de otros idiomas: aeróbic, anorak.
CLASES DE PALABRAS
Atendiendo al proceso de formación, se pueden distinguir distintos tipos de palabras:
• Primitiva. No procede de ninguna otra: toro, casa, lona.
• Derivada. Se ha creado por derivación a partir de una primitiva; de toro: torero, toril, torear, toreo.
• Simple. Tiene un solo lexema: tela, miel.
• Compuesta. Consta de dos o más lexemas: malasangre, sacamantecas.
• Parasintética. Formada por composición y derivación: desarbolado, inaccesible.
PREFIJOS Y SUFIJOS
Los prefijos y los sufijos son unidades léxicas más pequeñas que las palabras, formadas por una serie de sonidos a los que asociamos un significado. Modifican el significado del lexema.
Los prefijos proceden en su mayoría del latín o del griego y anteceden al lexema en la palabra (superpoblado, teledirigido…).
Los sufijos van después del lexema; generalmente proceden también de las lenguas clásicas. A veces, cambian la categoría gramatical de la palabra: aterrizaje (sustantivo) de aterrizar (verbo); suciedad (sustantivo) de sucio (adjetivo).
Algunos prefijos
De origen latino De origen griego
ex- 'fuera de': excéntrico a- 'negación': anormal
i- 'negación': ileso anti- 'opuesto': anticuerpo
mini- 'pequeño': minifalda bi- 'dos': bicéfalo
multi- 'mucho': multinacional en- 'dentro de': embotellar
omni- 'todo': omnipotente epi- 'sobre': epicentro
pre- 'antes de': preclásico hemi- 'la mitad de': hemiciclo
semi- 'medio': semicírculo macro- 'grande': macrobiótico
sub- 'bajo': subdesarrollo micro- 'pequeño': microbús
super- 'sobre': superhombre pluri- 'varios': pluriempleo
trans- 'al otro lado de': transatlántico poli- 'varios': polisemia
vice- 'que hace las veces de': vicedirector tele- 'a distancia': teléfono


Algunos sufijos
De origen latino De origen griego
-aceo 'semejante a': grisáceo -algia 'dolor': nostalgia
-aico 'pertenencia': arcaico -cracia 'poder': democracia
-al 'relación': arrozal -edro 'cara': romboedro
-ano 'procedencia': segoviano -fobia 'aversión': claustrofobia
-ble 'posibilidad, capacidad': legible -fono 'sonido': micrófono
-ero 'oficio': panadero -itis 'inflamación': faringitis
-forme 'forma': pisciforme -logía 'estudio de': geología
-miento 'acción y efecto': levantamiento -metro 'medida': pluviómetro
-voro 'que come': carnívoro -patía 'sentimiento, dolencia' cardiopatía




El diccionario

Los diccionarios recogen el léxico de la lengua, presentan los distintos significados de las palabras, indican su origen y aportan informaciones complementarias que nos ayudan a utilizar cada término con propiedad y corrección. Todos utilizamos diccionarios; pero ¿sabemos sacarles todo el partido?
¿QUÉ ES UN DICCIONARIO?
Un diccionario es un catálogo de las palabras de un idioma, ordenado alfabéticamente.
Tradicionalmente se presentaba solo en forma de libro. En la actualidad puede encontrarse también en disquete, CD-ROM, DVD, on-line, etc.
CLASES DE DICCIONARIOS Y SU UTILIDAD
• Diccionarios de uso general. Recogen las palabras, sus acepciones, modismos e informaciones etimológicas, morfológicas, de uso, etc. Utilizamos estos diccionarios frecuentemente en casa o en el colegio porque en ellos encontramos la información semántica y de uso que precisamos. Aunque se toma como referencia el de la Real Academia Española, hay otros muchos, algunos de ellos adaptados a las necesidades escolares.
• Diccionarios enciclopédicos. Son diccionarios de uso general que incorporan además información sobre distintas materias, sucesos o acontecimientos, datos geográficos, biografías, etc. Sirven para recabar datos o una primera información sobre un tema.
• Diccionarios etimológicos. Indican la procedencia de las palabras y documentan la fecha de su incorporación al idioma. Facilitan el conocimiento sobre su origen y evolución.
• Diccionarios ideológicos. Presentan las palabras agrupadas por campos semánticos (según su significado), aunque siguen también un orden alfabético. Son necesarios para observar o estudiar las relaciones semánticas de las palabras.
• Diccionarios de sinónimos y antónimos. Ordenan alfabéticamente las voces e introducen sus sinónimos y antónimos, sin definiciones, pero con pequeños comentarios aclaratorios. Nos ayudan a evitar repeticiones innecesarias en nuestra expresión.
• Diccionarios bilingües o multilingües. Ordenan alfabéticamente las palabras de un idioma y dan su equivalencia en el otro u otros. Facilitan el aprendizaje de idiomas.
¿QUÉ INFORMACIÓN APORTA EL DICCIONARIO?
• La correcta escritura de los términos. Cada palabra se escribe tal como aparece en el diccionario. Si alguna admite dos formas distintas, se define solo en la entrada que refleja su uso más general, y en la otra se remite a la primera.
• La etimología. Mediante abreviaturas, se indica el origen de las palabras: latín, griego, inglés, etc.
• La categoría gramatical: sustantivo (m. o f.), adjetivo (adj.), pronombre (pron.), verbo (tr., intr., prnl.), etc.
• Las acepciones o significados de cada palabra (en España y América), numerados.
• Las locuciones o frases hechas, tras las acepciones, en negrita.
• Explicaciones y ejemplos sobre el uso de las palabras.
¿QUÉ TENEMOS QUE SABER PARA MANEJAR BIEN UN DICCIONARIO?
• Cada diccionario tiene sus propias normas. Estas se explican en las primeras páginas, por lo que conviene leerlas para interpretarlo correctamente.
• La letra inicial de las palabras que se definen aparece escrita en letras minúsculas, excepto si son nombres propios.
• En la parte superior de cada página encontramos dos palabras: la de la izquierda indica el primer término definido en esa página; el de la derecha, el último.
• Para ahorrar espacio y hacer más ágil la lectura, son muy frecuentes las marcas o abreviaturas en los diccionarios. En las primeras páginas se establecen las equivalencias.
• Las letras ch y ll se incluyen en la c y en la l, respectivamente.
• Cuando varias voces coinciden en su forma pero no en su procedencia ni significado tienen distintas entradas en el diccionario:
basto1
basto2
• Las palabras que presentan variación de género y número (sustantivos, adjetivos, etc.) deben buscarse en masculino singular; tras éste, aparece el femenino:

amigo, ga.
burgués, sa.
• En las formas verbales, debemos buscar el infinitivo:
escuchar.
• Los aumentativos, diminutivos y adverbios que acaban en -mente, salvo excepciones, no los recoge el diccionario.
• Si los diccionarios incluyen prefijos y sufijos, los reconocemos porque aparecen con un guión delante o detrás de las letras que lo forman.
La palabra y su significación

Toda palabra tiene un significante (forma) y un significado (contenido). La semántica estudia el significado de las palabras a través de los siglos hasta llegar a la actualidad. ¿Sabes que hay vocablos que hoy significan algo muy distinto que, por ejemplo, en la edad media? ¿Se te ocurre por qué puede ocurrir esto?
SIGNIFICANTE Y SIGNIFICADO
Cada palabra está compuesta por una serie de fonemas que podemos articular y escribir, es el significante; por ejemplo, perro: /p/ + /e/ + /rr/ + /o/.
En nuestra mente asociamos estos fonemas con un concepto, que es su significado: perro, 'mamífero doméstico de cuatro patas, con gran olfato y muy leal al hombre'.
Cuando percibimos a través de los sentidos una idea o realidad (referente), la relacionamos inmediatamente con su significado, y este, con el significante que le asigna el idioma en el que nos expresamos. Así, si vemos un dálmata, un pequinés o un caniche, los asociamos con el concepto y el significante de perro.
La relación entre el significante y el significado es arbitraria, es decir: no hay nada en /p/ + /e/ + /rr/ + /o/ que obligue a esta serie de fonemas a significar el concepto de ‘perro’; y al revés. La prueba es que /d/ + /o/ + /g/ expresa exactamente el mismo concepto en lengua inglesa. Si los hablantes de español nos pusiéramos de acuerdo en que /p/ + /e/ + /rr/ + /o/ pase a significar otra cosa (por ejemplo, ‘gato’), y en que ‘perro’ se diga de otra forma en español (por ejemplo, /d/ + /o/ + /g/ + /o/), no tardaríamos mucho en acostumbrarnos; y los que menos notarían el cambio serían los perros. El lingüista o estudioso de la lengua Ferdinand de Saussure fue el primero en formular esta ‘arbitrariedad del signo’ al observar que, de hecho, las palabras cambian de significante y de significado, sin que ello altere en nada el objeto.
EL CAMPO SEMÁNTICO
Agrupamos semánticamente las palabras por los rasgos comunes que nos permiten relacionarlas, pero las distinguimos por sus rasgos diferenciales. A estos rasgos los llamamos semas.
Casa, piso, choza, chabola... tienen en común que cobijan a las personas; pero su tamaño, que habite en ellas una o varias familias, su situación, etc., las hace diferentes.
Las palabras que se relacionan entre sí por su significado forman un campo semántico; en el ejemplo anterior, el de la ’vivienda’.
EVOLUCIÓN DE LAS PALABRAS
Las palabras acompañan al hombre y evolucionan con la sociedad que las utiliza.
Si la primera lengua que se habló en el mundo no hubiera variado, todos hablaríamos el mismo idioma y tendríamos el mismo número de palabras para denominar idénticos conceptos. Sin embargo, no ocurre así.
Para nombrar un concepto, una lengua puede tener un solo significante, y otra, cuatro o cinco. Por el contrario, un mismo significante puede tener en un idioma un solo significado, y en otro, varios.
Cuando una sociedad da mucha importancia a algo, lo nombra de muchas maneras, mientras que si no lo considera esencial se conforma con una sola.
¿Por qué cambian de significante o de significado algunas palabras? Estos cambios se pueden producir por motivos diversos; estos son algunos de ellos:
• Por razones históricas: si un objeto o concepto desaparece, su significante puede dejar de usarse o pasar a denominar otro significado nuevo; por ejemplo, el alcohol, en la edad media, era una especie de rímel que dejó de emplearse; hoy es un desinfectante o un componente de algunas bebidas.
• Puede ocurrir que tomemos el significante de una palabra para referirnos al significado de otra al establecer entre ellas una relación; es lo que ocurre cuando decimos de una persona que es un cerdo (en sentido negativo) o que es un cielo (en sentido positivo).
• En ocasiones, evitamos el uso de una palabra, para no herir los sentimientos de alguien o por ser poco adecuada, y la cambiamos por otra u otras: en lugar de sirvienta o criada, utilizamos empleada doméstica; en vez de retrete, preferimos servicio o aseo. Naturalmente, esto solo cambia el significante, no el significado y menos la realidad.

PALABRAS MONOSÉMICAS Y PALABRAS POLISÉMICAS
Una palabra es monosémica si su significante tiene un solo significado:
Junio: sexto mes del año.
Una palabra es polisémica si tiene varios significados relacionados entre sí; por ejemplo, as significa:
• Antigua moneda romana que valía una libra.
• El número uno de los palos de la baraja.
• Punto único señalado en una cara del dado.
• Quien destaca sobremanera en algo.
HOMÓNIMOS, SINÓNIMOS Y ANTÓNIMOS
Dos o más palabras son homónimas cuando, teniendo distinto origen, coinciden por su evolución en su sonido (homófonas) o su escritura (homógrafas), pero significan cosas diferentes:
• Vaca: hembra del toro. Baca: portaequipaje de la parte superior de un coche.
• Carpa: pez. Carpa: gajo de uvas. Carpa: toldo que cubre el circo.
Dos o más palabras son sinónimas si, aun teniendo matices diferentes, significan lo mismo: torero, diestro, espada, lidiador, matador.
Dos palabras son antónimas si tienen significados contrarios, aunque entre ellos pueda haber una gradación: blanco-negro, simpático-antipático.
Signos de puntuación I
¿Te imaginas que no existieran ni puntos ni comas? ¡Nos resultaría muy difícil enterarnos de lo que leemos! Los signos de puntuación nos ayudan a comprender el valor y el sentido de las palabras y las oraciones. No es lo mismo decir: María, corre, ¡rápido! que María corre rápido. Generalmente, los signos de puntuación se escriben pegados a la última letra de la palabra que los precede; y tras ellos debe dejarse un espacio, salvo que vayamos a continuar el escrito en el renglón siguiente.
EL PUNTO
El punto [.] representa en la escritura la pausa final de:
• una oración (punto y seguido);
• un párrafo (punto y aparte);
• un texto (punto final).


Amanecía. La Luna se había ocultado para dejar paso al Sol. Las estrellas se habían perdido por el horizonte.
El gallo se disponía a despertar a todos los demás animales. El granjero había abandonado su cama y se dirigía al establo.
Se utiliza también para indicar abreviatura: Sr. (señor); D.ª (doña); Ilmo. (ilustrísimo).
No debemos ponerlo:
• entre las letras de las siglas y los acrónimos (RENFE);
• detrás del título de los libros (o de nuestros trabajos escolares), de los capítulos o del nombre del autor, si son el único texto en un renglón.
LOS DOS PUNTOS
Los dos puntos [:] señalan una pausa con la que llamamos la atención sobre lo que viene después. Los utilizamos:
• Antes de una enumeración: Los días de la semana son: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo.
• Precediendo a una cita textual: El famoso novelista declaró: 'Me gusta escribir para niños'.
• Tras el saludo inicial en una carta o el encabezamiento de un documento jurídico o administrativo: Queridos tíos: Iré a visitaros el próximo domingo...
LOS PUNTOS SUSPENSIVOS
Los puntos suspensivos […] indican que se deja la frase sin terminar. Son tres puntos que se usan:
• Para expresar duda, temor o incertidumbre: Se apagó la luz. Se oían gritos y unos pasos que se acercaban... No había forma de salir de allí...
• Cuando no se termina el enunciado, como cuando se hace referencia a un refrán, porque el final es conocido por el interlocutor: A quien madruga...
• Para dar a entender una palabra o expresión malsonante, sin nombrarla: Vete a la...
• En lugar de etcétera (etc.): Estaba rodeado de juguetes: coches, muñecos, peluches...
• Para indicar la supresión de algunas palabras de un texto o fragmento (en este caso, aparecen entre corchetes): El río [...] es afluente del Ebro.
Detrás de los puntos suspensivos podremos poner una coma, un punto y coma o dos puntos, pero nunca un punto.
LA COMA
La coma [,] señala una pausa breve. Se emplea:
• Para separar los elementos de una enumeración si no van unidos con y, o, ni: He estudiado matemáticas, lengua, sociales y dibujo.
• En incisos, explicaciones o aposiciones: Mi perro, que solo es un cachorro, juega conmigo.
• Para llamar la atención de alguien: Dani, préstame tus patines.
• Cuando se suprime el verbo de una frase, por sobrentenderse, es decir, porque ya sabemos cuál es: Mi hermano tiene siete años; mi hermana, tres.
• Detrás de interjecciones o exclamaciones, cuando continúa la frase: ¡Bravo!, lo has hecho bien.
• Para separar palabras, sintagmas u oraciones de la misma categoría: Apaga la tele, lávate los dientes, vete a la cama.
• En expresiones como es decir, esto es, por tanto, o sea, etc.: Ha venido mi primo, por tanto, iremos al cine.
EL PUNTO Y COMA
El punto y coma [;] indica una pausa mayor que la coma, pero menor que el punto. Se usa:
• En enumeraciones u oraciones en las que ya se ha utilizado la coma: Mi primo puso los platos, los cubiertos y los vasos; yo, las servilletas.
• Delante de los nexos adversativos, concesivos o consecutivos si las oraciones que introducen son largas; o si cambiamos de verbo: Encendió el televisor para ver la actuación de sus amigos en ese concurso donde ganaron un viaje a Roma; pero ya era tarde: el concurso había terminado hacía tiempo.
• Para separar los elementos de una clasificación o relación escrita en minúsculas y en líneas independientes:
• Los elementos que componen una palabra son:
– el lexema;
– los morfemas.
Signos de puntuación II
¿Quieres conocer otros signos de puntuación? Pues... ¡sigue leyendo! En las dos frases anteriores se han utilizado interrogaciones y exclamaciones. En español, a veces enmarcamos una palabra o un texto, con significado y entonación propios, utilizando signos de puntuación dobles: uno de apertura y otro de cierre. Estos signos nos ayudan a interpretar correctamente lo que leemos.
LA INTERROGACIÓN Y LA EXCLAMACIÓN
Los signos de interrogación [¿?] y de exclamación [¡!] se utilizan en las oraciones interrogativas o exclamativas, que pueden ser:
• Totales, cuando la pregunta o exclamación ocupa todo el enunciado: ¿Vienes al cine esta tarde? ¡Aúpa la Real Sociedad!
• Parciales, si lo que se pregunta o exclama es solo parte del enunciado: Si no viene pronto, ¿a qué hora llegaremos? Aunque cansada, ¡qué feliz me siento!
Observa: el signo de apertura se pone donde empieza la pregunta o la exclamación, aunque no sea el inicio del enunciado. Además, tras el signo de cierre no se pone punto, pero sí puede ir coma o punto y coma: Y ahora ¿qué hacemos? Nada, ¿verdad?, Carlos. Ramírez, ¡cállese!
Algunos enunciados son muy breves: ¿Quiénes? ¿Qué? ¿Cuánto? !Ay! ¡Plaf! ¡Uf! ¡Hola!
EL PARÉNTESIS
Los paréntesis [( )] se emplean para introducir en el texto una aclaración, una fecha, un lugar, etc.: En esa calle (en el número 12) vivía su primo (el de Arica, no el de Punta Arenas).
El signo de cierre [)] se utiliza también para encabezar clasificaciones u opciones: Tienes tres posibilidades: a) acompañar a tu hermana; b) quedarte en casa; c) venir con nosotros.
EL CORCHETE
Los corchetes ([ ]) se utilizan para:
• Enmarcar alguna precisión, explicación o aclaración de un texto que, a su vez, va entre paréntesis: James Matthew Barrie, autor de Peter Pan (una obra de teatro convertida posteriormente en novela, en la que se basó Walt Disney [1901-1966] para su película de dibujos animados), fue un importante dramaturgo y novelista escocés.
• Indicar la supresión de algunas palabras en las citas textuales; en este caso, dentro de los corchetes aparecen puntos suspensivos: El joven [...] ya había visto antes a aquel individuo.
LAS COMILLAS
Las comillas [“” «»] se emplean para:
• Delimitar citas: Como dijo Machado, “se hace camino al andar”.
• Citar títulos de poemas o artículos que forman parte de una obra más extensa: “Nanas de la cebolla” es uno de los poemas más bellos del Cancionero y romancero de ausencias, de Miguel Hernández.
• Señalar que una palabra es vulgar o que se utiliza en un sentido diferente del habitual: Ése es un 'listo'.
LA RAYA
La raya [—], cuya longitud es mayor que la del guión, puede aparecer como signo simple o como signo doble.
Como signo simple:
• Marca la diferencia entre narración y diálogo cuando precede a las intervenciones de los personajes:
El mago le entregó un anillo y le dijo:
—Llévalo contigo y, cuando te encuentres en un apuro, gíralo.
• Señala apartados en un escrito:
En las palabras distinguimos su:
— forma;
— función;
— significación.
Como signo doble, se emplea en aclaraciones o incisos:
La sinceridad —una de las muchas cualidades de su amigo— era lo que más admiraba.
Además, en las obras de teatro, precedido de un punto, señala los parlamentos (las distintas intervenciones) de los personajes:
LUIS.—¿Me ha llamado?
ANA.— Sí. Quería invitarte a mi fiesta.
EL GUIÓN
El guión [-], de menor longitud que la raya, se utiliza para:
• Marcar la división de las palabras al final del renglón: ca-mión.
• Expresar alguna relación entre palabras simples: calidad-cantidad.
• Unir los elementos de una palabra compuesta: ítalo-francés.
• Separar el día, el mes y el año, en las fechas: 12-2-95.
• Marcar el intervalo entre dos números: 1-7, curso 2004-2005.
LA DIERESIS
La diéresis o 'crema' [¨] son los dos puntos horizontales que se colocan sobre la u, en las sílabas gue, gui, para indicar que la u no es muda, sino que debe pronunciarse: desagüe, piragüista.
Ortografía I
¿Te cuesta evitar las faltas de ortografía? Si quieres que dejen de ser un problema, te invitamos a que pongas atención al leer este artículo.
La ortografía es la ciencia que enseña a escribir correctamente las letras de las palabras y los signos de la escritura. Debemos conocer sus normas y aplicarlas correctamente.
USO DE LAS MAYÚSCULAS
Se escriben con mayúscula:
• La primera letra de un escrito y la que va después de un punto: Me lo había regalado mi abuelo. Era un reloj de pulsera. Yo tenía diez años.
• Los nombres propios: África, Manila, Pérez, Everest.
• Los seudónimos, sobrenombres o apodos: Alfonso X el Sabio, Francisco Rivera Paquirri.
• Los nombres sagrados: Jesucristo, la Inmaculada Concepción, la Santísima Trinidad.
• Los nombres de instituciones: el Ejército, la Corona, el Senado.
• Los títulos de obras, cuadros, canciones, etc.: Fuenteovejuna, Las lanzas, El amor brujo.
• Los números romanos: DCCVII, LX.
USO DE B/V
Se escriben siempre con b:
• Las palabras que comienzan por las sílabas bu-, bus- y but-: bufanda, burbuja, búsqueda.
• Antes de l o r: mueble, libro.
• El pretérito imperfecto de indicativo de los verbos de la primera conjugación y del verbo ir: sonaba, criticabais, íbamos.
• Las palabras terminadas en -bundo(a) y -bilidad (excepto movilidad y civilidad): vagabundo, responsabilidad.
• Los verbos terminados en -bir (excepto hervir, servir y vivir): prohibir, recibir, escribir.
Se escriben con v:
• Las palabras que comienzan por: di- (menos dibujar y sus derivados): dividir, divertir.
• Las palabras que empiezan por villa-: villancico, villano.
• Las palabras que terminan en -avo(a), -evo(a), -ivo(a), excepto el pretérito imperfecto de indicativo de los verbos de la primera conjugación y del verbo ir: cóncavo, longevo, nocivo.
• Las formas verbales de los verbos irregulares en cuyo infinitivo el sonido /b/ no preceda a la terminación -ar, -er o -ir: contuvo, vaya.

Homófonos con b y v:
Homófonos con b y v

baca: portaequipajes vaca: hembra del toro
balido: voz de la oveja valido: del verbo valer; favorito de un rey
barón: título nobiliario varón: hombre
basto: grosero, áspero vasto: espacioso, inmenso
bello: hermoso vello: pelo corto y fino del cuerpo
bienes: riquezas vienes: del verbo venir
botar: arrojar votar: emitir un voto
grabar: marcar una imagen o un sonido en una superficie gravar: imponer un gasto sobre algo
hierba: planta hierva: del verbo hervir
rebelarse: sublevarse revelarse: descubrirse un secreto
sabia: que tiene sabiduría savia: fluido de las plantas
tubo: cilindro hueco tuvo: del verbo tener

USO DE H
Se escriben con h:
• Las formas verbales de haber, hacer, hablar, hallar y habitar: habré, hizo.
• Las palabras que comienzan por los sonidos /ia/, /ie/, /ue/: hiato, hierro, huella.
• Las palabras que comienzan por hidro-, hiper- e hipo-: hidroavión, hipérbole, hipócrita.
Homófonos de la h:
Homófonos de la h

hablando: del verbo hablar ablando: del verbo ablandar
habría: del verbo haber abría: del verbo abrir
hasta: preposición asta: cuerno
hato: envoltorio de ropa u objetos. Grupo de ganado ato: del verbo atar
haya: árbol; forma del verbo haber aya: niñera
hecho: del verbo hacer echo: del verbo echar
herrar: poner una herradura errar: equivocarse; vagabundear
hola: saludo ola: onda del agua
hora: cada una de las veinticuatro partes del día ora: del verbo orar
huso: instrumento para hilar; división horaria uso: acción de usar
deshojar: quitar las hojas a una planta o los pétalos a una flor desojar: esforzar la vista
hojear: pasar las hojas de un libro ojear: poner los ojos sobre algo
rehusar: rechazar, negarse a hacer algo reusar: volver a usar

USO DE G/J
Se escribe siempre g:
• En las palabras que comienzan por geo-: geografía, geometría.
• Después de in- (exceptuando injerto, injuria, injusto y otras de su misma familia): ingeniera, ingenuo.
• En las palabras que terminan en -gente: inteligente, urgente.
• En las palabras que terminan en -ger y -gir, excepto mujer, tejer y crujir: escoger, exigir.
• En las que terminan en -gogía, -logía, -gésimo(a), genario(a): pedagogía, ideología, trigésimo, nonagenario.
• En las palabras que comienzan o terminan por gen (excepto jenabe, jengibre y jenízaro): generación, genial, imagen.
Se escriben con j:
• Las palabras que comienzan y terminan en -aje y -eje (excepto agenda, agente y agencia): ajedrez, vendaje, esqueje.
• Las palabras que terminan en: -jero(a) y -jería: viajero, relojería.
• Las palabras que terminan en -jear: ojear, cojear.
• Las formas de los verbos en cuyo infinitivo el sonido /j/ no preceda a la terminación -ar, -er o -ir: traje, dije.
USO DE M/N
Se escribe siempre m:
• Delante de p y b: campo, bomba.
• Delante de na, ne, ni, no (excepto perenne): alumna, indemne, solemnidad, himno.
Se escribe n tras los prefijos con-, en-, in- y sin-, excepto si les sigue el fonema /p/ o /b/: convenir, enlatar, inactivo, sinrazón.

USO DE X
Se escribe siempre x:
• En las palabras que comienzan por los prefijos ex-, extra-: excarcelar, extramuros.
• En las palabras que empiezan por hexa-: hexágono, hexasílabo.
• Delante de las sílabas pla, ple, pli, plo, plu; pre, pri, pro: explanada, explicar, explorar, expresar, exprimir, expropiar.
• Se exceptúan esplendor, espléndido, espliego y sus derivados.
Homófonos con x y s:
Homófonos con x y s

espiar: acechar expiar: purificar las culpas
espirar: expulsar el aire de los pulmones expirar: morir
laso: lacio, liso laxo: no tenso

Ortografía II
La primera ortografía de la Real Academia Española fue publicada en 1742. Desde entonces se van actualizando las normas ortográficas en sucesivas ediciones, para que el español escrito sea igual en todos los países que hablamos esta lengua.
USO DE LL/Y
Se escribe siempre ll:
• Después de fa-, fo-, fu-: fallo, folleto.
• En las palabras que terminan en -illo(a): anillo, hebilla.
Se escriben con y:
• Los diptongos /ai/, /ei/ y /oi/ a final de palabra: samuray, virrey, hoy.
• Los tiempos de los verbos que tienen este sonido sin que ll ni y precedan a la terminación -ar, -er, -ir del infinitivo: leyendo, creyendo.



Homófonos con ll e y:
Homófonos con ll e y

arrollo: del verbo arrollar arroyo: caudal de agua
halla: del verbo hallar haya: del verbo haber. Cierto árbol
callado: del verbo callar cayado: vara de los pastores. Báculo
calló: del verbo callar cayó: del verbo caer
hulla: carbón de piedra huya: del verbo huir
pollo: cría de ave poyo: banco de piedra
rallar: desmenuzar con el rallador algo rayar: hacer rayas

USO DE R/RR
Se usa siempre r:
• Para expresar el sonido suave /r/ entre dos vocales: cara, pera.
• Para expresar el sonido fuerte /rr/ a principio de palabra, después de cualquier consonante y al final de una sílaba o una palabra: retribuir.
Se utiliza rr para expresar el sonido fuerte /rr/ entre dos vocales: carroza, tarro.
USO DE D/Z A FINAL DE PALABRA
Se escribe d al final de la palabra, si el plural lo hace en -des: red, vid.
Se escribe z al final de la palabra si el plural lo hace en -ces: antifaz, perdiz.
PALABRAS DERIVADAS
Las palabras derivadas se escriben igual que las primitivas de las que proceden, excepto:
hueco: oquedad
huérfano: orfandad, orfanato
hueso: óseo, osario, osamenta
huevo: oval, ovoide, ovíparo
Huelva: onubense
Huesca: oscense
PALABRAS QUE NO DEBEMOS CONFUNDIR

Palabras que no debemos confundir I

absolver: perdonar una culpa absorber: chupar, asimilar algo
acerca: en relación con a cerca (de): aproximadamente a
adición: suma adicción: hábito irrefrenable
aparte: adverbio de lugar ('en otro lugar'). Sustantivo ('lo que en el teatro dice un personaje creyendo que no le oyen los demás'). Locución ('además de') a parte: preposición + sustantivo ('sitio', 'una parte de un todo')
contesto: del verbo contestar contexto: entorno; lo que rodea a algo
entorno: lo que rodea a algo en torno (a): alrededor de, acerca de
haber: verbo haber a ver: a (preposición) + verbo ver
sino: conjunción adversativa ('pero'); sustantivo ('destino') si no: si: conjunción condicional y no: adverbio negativo
también: adverbio (igualdad, semejanza o relación) tan bien: cuantificador + adverbio
tampoco: adverbio de negación tan poco: cuantificador + adverbio
porque: conjunción causal; sirve para dar una explicación por que: preposición por + pronombre relativo o conjunción
porqué: sustantivo ('motivo') al que debe preceder un determinante por qué: preposición + determinante o interrogativo o exclamativo

Palabras que no debemos confundir II

a: preposición ha: del verbo haber ¡ah!: interjección
ahí: adverbio (lugar) hay: del verbo haber ¡ay!: interjección
aya: cuidadora y educadora de un niño haya: tipo de árbol halla: del verbo hallar
adonde: adverbio relativo, con verbo que indique desplazamiento adónde: adverbio interrogativo o exclamativo a donde: a (preposición) y donde (adverbio relativo) sin antecedente explícito.
asimismo: 'también' o 'además' (la Academia prefiere la forma así mismo) así mismo: adverbio ('de esa manera'; 'también' o 'además') + adjetivo a sí mismo: a (preposición) + sí (pronombre personal) + mismo (adjetivo)
conque: conjunción consecutiva: 'así que', 'por tanto' con qué: con (preposición) + qué (interrogativo o exclamativo) con que: con (preposición) + que (relativo o conjunción)
quehacer: sustantivo (tarea, ocupación) que hacer: relativo o conjunción + el verbo hacer qué hacer: interrogativo + verbo hacer
vaya: del verbo ir valla: cerca de estacas, tablas o malla metálica baya: fruto carnoso con semillas








La comunicación y sus signos
Necesitamos relacionarnos con los demás. Por eso, el hombre ha desarrollado formas de comunicación que facilitan el intercambio de ideas, conocimientos o sentimientos. Entre ellas destaca el lenguaje.
¿QUÉ ES LA COMUNICACIÓN?
La comunicación es el acto de transmitir información a través de signos interpretados por otro u otros.
Al nacer, realizamos nuestro primer acto de comunicación: lloramos para reclamar la atención de nuestros padres. Después, aprendemos signos, como los gestos y las palabras, que nos permiten relacionarnos con nuestros familiares o amigos. Así, poco a poco, nos vamos integrando en la sociedad.
Los animales también se comunican entre sí o con otros a través de sonidos (ladridos, rebuznos, maullidos, etc.) u otros medios, pero de forma más elemental y menos variada que en la comunicación humana.
La comunicación es primordial en cualquier comunidad porque todos tenemos necesidad de compartir lo que sabemos, pensamos y sentimos.
Algunos elementos naturales, acciones o hechos transmiten también un mensaje: el humo indica que hay fuego; si vemos llorar a un amigo, sabemos que está triste; un coche volcado en una carretera nos revela que ha habido un accidente. Pero en estos casos no existe ninguna intención comunicativa; nadie quiere transmitir nada, somos nosotros quienes establecemos la relación entre lo que vemos y lo que interpretamos.
¿QUÉ ES EL SIGNO?
Signo es todo aquello que sirve para transmitir una información.
El hombre ha creado sistemas de comunicación muy variados. A ciertos elementos que podemos percibir a través de alguno de nuestros sentidos, les ha asignado unos significados, estableciendo entre ellos una asociación que todos los integrantes de la sociedad aprenden. A estos elementos, que tienen una clara intención comunicativa, los ha llamado ‘signos’.
Los signos se relacionan entre sí creando lo que se llama un código o sistema.
Existen varios tipos de signos:
1. No lingüísticos:
• Iconos: imágenes que guardan una relación natural con lo que representan, como fotografías, dibujos, mapas, etc.
• Señales: elementos a los que se ha asignado un significado arbitrario, es decir, significan lo que hemos decidido que significan, pero igualmente podrían significar otra cosa. Las hay visuales (la luz roja de un semáforo), acústicas (las campanas de una iglesia), táctiles (dar la mano), olfativas (los olores de los perfumes) y gustativas (los sabores de las comidas).
• Símbolos: representaciones convencionales para referirse a algo abstracto; por ejemplo, una mujer con los ojos vendados sosteniendo una balanza personifica el concepto de Justicia; una paloma con una rama de olivo en el pico simboliza la paz.
2. Lingüísticos:
El más importante es el signo lingüístico, formado por un significante (sonidos, escrituras, etc.) y un significado (concepto asociado, sentido), unidos entre sí de forma convencional como la cara y la cruz de una moneda. Se utiliza en los diferentes tipos de lenguajes inventados por el hombre, como el lenguaje oral, que combina los sonidos para formar palabras y combina las palabras para crear oraciones. Tiene su correspondencia en el lenguaje escrito, donde los sonidos son sustituidos por letras.
Otros lenguajes son: el empleado por los sordomudos valiéndose de las manos; el código Morse, a partir de puntos y rayas, utilizado en la comunicación telegráfica; y el sistema Braille, manejado por los ciegos, cuyos signos se dibujan en relieve para que puedan percibirse a través del tacto.
LOS ELEMENTOS DE LA COMUNICACIÓN
En todo acto de comunicación existen los siguientes elementos:
Emisor: el que comunica un mensaje.
Receptor: el que recibe e interpreta el mensaje del emisor.
Mensaje: la comunicación transmitida del emisor al receptor.
Código: sistema utilizado por el emisor para construir el mensaje y por el receptor para entenderlo (la lengua española, el código de circulación, etc.).
Canal: medio por el que se transmite el mensaje (aire, teléfono, televisión, etc.).
Lenguaje, lengua y habla
Todos nacemos con la capacidad de comunicarnos con los demás y aprender un idioma cualquiera, aunque generalmente aprendamos el de nuestra familia. Cuando ya lo dominamos, elegimos las variedades que nos convienen para cada situación.
EL LENGUAJE
El lenguaje es una capacidad humana con la que todos nacemos y que nos permite aprender y utilizar al menos un sistema de comunicación —oral, gestual, visual, etc.— con los demás.
El código o sistema más común adoptado por todas las comunidades es el lingüístico, que generalmente presenta una forma oral y otra escrita. El código lingüístico recibe también el nombre de lengua o idioma.
LA LENGUA
La lengua es un sistema de comunicación formado por un conjunto de elementos (fonemas, morfemas, palabras, oraciones y textos) que se oponen y relacionan entre sí, siguiendo unas reglas. Con estos elementos se crean mensajes que transmiten un contenido. Como decíamos, la lengua se manifiesta de forma oral y escrita.
Lo ideal sería que todos hablásemos una misma lengua para podernos entender, pero no ocurre así porque cada comunidad ha adoptado la suya propia. Según dónde hayamos nacido hablaremos español, inglés, chino, ruso, árabe, etc. Y los sonidos, las palabras y las reglas de nuestra lengua serán diferentes de las de los demás idiomas.
¿Por qué no hablamos todos una misma lengua? Hay muchos motivos: las lenguas, igual que la gente, van cambiando con el tiempo; pero generalmente son causas históricas, políticas y culturales las que han hecho que las lenguas primitivas fueran evolucionando hasta diferenciarse totalmente unas de otras, dificultando la comprensión entre las personas.
EL HABLA
El habla es la utilización concreta de una lengua. Hablamos una lengua (o idioma) cuando la empleamos para comunicarnos con los demás, ya sea construyendo mensajes o interpretándolos.
El conocimiento de una lengua es abstracto, pero su uso es concreto: podemos conocer los signos y las reglas de varias lenguas —por ejemplo, del español, el francés y el árabe—, pero no nos podemos expresar en los tres idiomas cuando nos queramos comunicar con alguien, sino que hemos de optar por uno de ellos cada vez. Que elijamos un idioma en un momento determinado para hablarlo no implica el olvido de los otros que dominemos.
La lengua pertenece a la sociedad, por lo que ninguna persona puede cambiarla a su antojo; pero el habla es mucho más dinámica y hace que, con el tiempo, puedan variar determinados usos de la lengua. Sin embargo, al hablar, todos debemos seguir unas normas marcadas por la costumbre, el buen uso o los dictámenes de instituciones como la Real Academia Española.
FUNCIONES DEL LENGUAJE
Fíjate para cuántas cosas nos sirve el lenguaje: para comunicar unos contenidos (Hace frío), expresar nuestros propios sentimientos (¡Qué contenta estoy!), influir en otras personas (Échame colonia), comprobar que nos escuchan o entienden correctamente (¿Me comprendes?), hablar del lenguaje mismo (Alto es un adjetivo) o hacer atractivo y armonioso el mensaje haciendo que el receptor se complazca con él (Tu risa me hace libre, me pone alas).
VARIEDADES DE USO O DEL HABLA
La forma de hablar de cada uno de nosotros, en función de dónde hayamos nacido, la cultura que tengamos o a quién nos dirijamos, puede presentar diversas variedades:
• Geográficas: no habla igual el español una persona que haya nacido en Galicia (España) o en México; el vocabulario y la entonación de las frases serán diferentes.
• Sociales: dependiendo de la cultura y del dominio linguístico que tengamos, podemos utilizar la lengua de forma culta, coloquial o vulgar.
• De estilo: no hablamos igual cuando conversamos con un profesor, con nuestros padres o con nuestros amigos.
Lenguas de España y dialectos del español
En España existe una lengua común que se habla en todo el país, pero, en algunas zonas, el español convive en armonía con otras lenguas: el gallego, el vasco, el catalán y el valenciano. Todas son lenguas oficiales.
LAS LENGUAS DE ESPAÑA
Antes de la llegada de los romanos, en la península Ibérica había varias lenguas o idiomas. Pero el latín, que era la lengua en la que se expresaban los romanos, logró imponerse a las demás, excepto al vasco o eusquera, que siguió utilizándose en ambos lados del Pirineo occidental.
Con el paso de los años, el latín hablado por la gente poco culta fue transformándose tanto, en las distintas zonas, que terminó por convertirse en diferentes dialectos: gallego, astur-leonés, navarro-riojano, castellano, aragonés, catalán y mozárabe. Motivos políticos, culturales y económicos convirtieron a tres de ellos en lenguas: el gallego, en el noroeste de la península; el catalán, en la zona catalana y levantina; y el castellano, en Castilla.
Actualmente todas las lenguas de España son lenguas oficiales: el castellano lo es de todo el Estado; las demás son oficiales, junto con el español, en sus respectivas comunidades autónomas.
LOS DIALECTOS DE LAS LENGUAS DE ESPAÑA
En el conjunto de los idiomas españoles actuales existen notables diferencias de pronunciación, entonación, vocabulario y expresiones. A estas variedades geográficas se las denomina dialectos.
El español hablado en Extremadura (el extremeño) se diferencia del que se utiliza en Andalucía (el andaluz), en Canarias (el canario) y en Murcia (el murciano).
El catalán hablado en Cataluña se distingue del que se habla en las islas Baleares y del valenciano, que la Comunidad Valenciana siente como idioma.
También el gallego y el vasco ofrecen destacadas peculiaridades en algunas de sus zonas, es decir, tienen dialectos.
ORÍGENES DEL ESPAÑOL
El castellano o español se originó entre los siglos X y XI, durante la Reconquista, en un pequeño condado de Cantabria dependiente del reino de León. Muy pronto su personalidad y su influjo fueron tan grandes que terminó extendiéndose, en forma de abanico invertido, por gran parte de la península Ibérica y las islas Canarias.
Cuando Cristóbal Colón descubrió América, los conquistadores y evangelizadores llevaron el castellano al Nuevo Continente, donde se expandió por muchos países.
En el siglo XVI, al convertirse en la lengua de un gran imperio, se le llamó español. Hoy en día es, junto con el chino y el inglés, uno de los idiomas más hablados en el mundo.
La sintaxis y la mayor parte de su vocabulario proceden, como ya hemos dicho, del latín, pero a través de los siglos ha recibido palabras de otros idiomas, como el árabe, el francés, el italiano, el inglés, etc., y también de las otras lenguas de España.
EL ESPAÑOL DE AMÉRICA
El español sirvió a los conquistadores y evangelizadores como medio para facilitar el entendimiento entre los distintos pueblos que habitaban el continente americano, cuyas lenguas eran muchas y muy diversas.
Aunque muchos de los indígenas siguieron expresándose en su idioma materno, a través del español conocieron la cultura, la religión, las leyes y las costumbres españolas.
El español es lengua oficial de Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela. También se habla en algunos lugares de Puerto Rico, las Antillas y Estados Unidos.

APUNTES DE ORTOGRAFÍA

HIATO
Pertenece al grupo de los heterosilábicos. Un hiato o adiptongo es la secuencia de dos vocales que se separan en sílabas distintas y que, por tanto, no forman diptongo.
Tipos de hiato
Hiato simple
Es el encuentro de dos vocales abiertas o de dos vocales cerradas iguales.
Por ejemplo:
• caoba, cuya separación silábica es, ca-o-ba.
• saeta, cuya separación silábica es sa-e-ta.
• chiita, cuya separación silábica es chi-i-ta.
• semiinconsciente, cuya separación silábica es se-mi-in-cons-cien-te.
• Zoólogo, cuya separacion silábica es, Zo-ó-lo-go.
• duunviro, cuya separación silábica es du-un-vi-ro.
Hiato Robúrico
También llamado hiato por disolvencia, acentual y adiptongo. Es el encuentro de una vocal abierta con una cerrada o de una cerrada con una abierta lo que diferencia a este hiato del diptongo es que la cerrada obligatoriamente debe llevar tilde
Por ejemplo:
• saúco, cuya separación silábica es,sa-ù-co.
• Raúl, cuya separación silábica es, Ra-ùl.
• sabía, cuya separación silábica es,sa-bì-a.
• dìa, cuya separación silábica es, "dì-a".
Hiato
• 1. Hiato es la secuencia de dos vocales que se pronuncian en sílabas distintas: grú - a, pa - ís, ca - er, dis - cu - tí - ais. Desde el punto de vista fonético, son hiatos las combinaciones de vocal abierta (a, e, o) átona + vocal cerrada (i, u) tónica: raíz, laúd, reír, transeúnte, oír; de vocal cerrada tónica + vocal abierta átona: María, ríe, frío, cacatúa, acentúe, búho; de dos vocales iguales: azahar, poseer, chiita, alcohol; y de dos vocales abiertas distintas: caer, aorta, teatro, etéreo, coágulo, poeta (aunque, en el habla, la secuencia de dos vocales abiertas –especialmente cuando ninguna de ellas es tónica– puede articularse como diptongo, esta combinación vocálica se considera siempre hiato desde el punto de vista normativo).
• 2. Las otras combinaciones posibles de dos vocales (salvo la secuencia de una vocal abierta tónica seguida de una cerrada átona, que forma siempre diptongo en español) se pueden pronunciar como hiatos o como diptongos, dependiendo de diversos factores: las palabras concretas en las que se encuentren incluidas, el origen geográfico o social del hablante, el mayor o menor esmero en la pronunciación, etc. Dada esta variabilidad, se ha optado por establecer una serie de convenciones sobre qué ha de considerarse diptongo y qué ha de considerarse hiato a la hora de acentuar gráficamente las palabras; así, las secuencias vocálicas distintas de las descritas en el primer párrafo se considerarán siempre diptongos a efectos de acentuación gráfica.
• 3. La h intercalada no influye en absoluto en la consideración como diptongo o como hiato de una secuencia vocálica; así, hay grupos de vocales con h intermedia que forman diptongo: ahijado, ahumar, prohibir, y otros que forman hiato: ahínco, turbohélice, prohíbe.
• 4. Tanto en España como en América existe una tendencia antihiática muy marcada en el habla popular, lo que provoca que determinadas secuencias vocálicas que son hiatos en el habla culta se pronuncien como diptongos entre hablantes poco instruidos, con el consiguiente cierre en el timbre de la vocal átona; así, en el habla esmerada, deben evitarse pronunciaciones como *[golpiár] por golpear, *[akordión] por acordeón, *[kuéte] por cohete, *[pelié] por peleé, etc. No obstante, en algunos países de América, particularmente en México, este cierre vocálico se da también en el nivel culto.
• 5. En amplias zonas de América es muy frecuente que se pronuncien como diptongos secuencias formadas por una vocal cerrada átona y una vocal abierta tónica, o por dos vocales cerradas distintas; estas mismas secuencias, por el contrario, se pronuncian mayoritariamente como hiatos en el español de España y de algunos países americanos, por ejemplo, la Argentina o el Ecuador. Así, en España y parte de América, la palabra guion se pronuncia como bisílaba ([gi - ón]), debido al hiato, mientras que en otras áreas americanas se pronuncia como monosílaba ([gión]), debido al diptongo; lo mismo sucede con jesuita, que vacila, según las zonas, entre el hiato ([je - su - í - ta]) y el diptongo ([je - suí - ta]).»
• Acentuación de las palabras con hiato
• Hiatos ortográficos
• A efectos de acentuación gráfica, se consideran hiatos las combinaciones vocálicas siguientes:
• a) Dos vocales iguales: afrikáans, albahaca, poseer, dehesa, chiita, microondas, duunviro.
• b) Dos vocales abiertas: anchoa, ahogo, teatro, aéreo, eólico, héroe.
• c) Vocal cerrada tónica + vocal abierta átona o, en orden inverso, vocal abierta átona + vocal cerrada tónica: alegría, acentúa, insinúe, enfríe, río, búho; raíz, baúl, transeúnte, reír, oír.
• Acentuación de las palabras con hiato
• a) Las palabras con hiato formado por dos vocales iguales, o por dos vocales abiertas distintas, siguen las reglas generales de acentuación. Así, creó y deán llevan tilde por ser agudas terminadas en vocal y en -n, respectivamente, mientras que poseer y peor, también agudas, no la llevan por terminar en consonante distinta de -n o -s; bóer y Sáez llevan tilde por ser llanas terminadas en consonante distinta de -n o -s, mientras que bacalao, chiita, vean y anchoas no la llevan por ser llanas terminadas en vocal, -n y -s, respectivamente; océano, coágulo y zoólogo se tildan por ser esdrújulas.
• b) Las palabras con hiato formado por una vocal cerrada tónica y una vocal abierta átona, o por una vocal abierta átona y una cerrada tónica, siempre llevan tilde sobre la vocal cerrada, con independencia de que lo exijan o no las reglas generales de acentuación: armonía, grúa, insinúe, dúo, río, hematíe, laúd, caída, raíz, feúcho, cafeína, egoísmo, oír. La presencia de una hache intercalada no exime de la obligación de tildar la vocal tónica del hiato: búho, ahíto, prohíbe.
• «Cuando dos o más vocales seguidas se pronuncian sin formar una sílaba única, se dice que están en hiato. En español existe desde antiguo una tendencia muy marcada a reducir los hiatos a diptongos y a juntar por sinalefa la vocal o vocales finales de una palabra con las iniciales de la palabra siguiente, dentro del mismo grupo fónico.»
• «A efectos ortográficos, para que haya diptongo debe darse una de estas dos situaciones:
• a) que se sucedan una vocal abierta (a, e, o) y una cerrada (i, u), o viceversa, siempre que la cerrada no sea tónica: aire, causa, peine, oiga, bou, viaje, ciego, quiosco, suave, fuerte, cuota.
• b) que se combinen dos vocales cerradas (i, u) distintas: ui, iu: ruido, diurético, etc.
• Algunas de estas combinaciones vocálicas pueden articularse como hiatos (es decir, en dos sílabas), dependiendo de distintos factores: su lugar en la secuencia hablada, el mayor o menor esmero en la pronunciación, el origen geográfico o social de los hablantes, etc. Este es el caso, por ejemplo, de fluir (pronunciado fluir, con diptongo, o flu-ir, con hiato), de incluido (pronunciado in-clui-do o in-clu-i-do), de cruel (pronunciado cruel o cru-el), de des-viado (que se pronuncia des-via-do o des-vi-a-do), etc.
• Sin embargo, a fectos de la acentuación gráfica, se considerará siempre que se trata de diptongos. La h intercalada entre dos vocales no impide que estas formen diptongo: ahu-mar, ahi-ja-do.»

viernes, 16 de abril de 2010

diplomado de investigacion educativa

La investigación educativa:

Entre el proceso y el diseño del proyecto

El objetivo de este ensayo es ilustrar las posibles relaciones que existen en los conceptos básicos que se aplica en la elaboración de un proyecto y no aislar conceptos ni partes del mismo a elaboraciones secundarias dando prioridad a otros. La estructura de un proyecto de investigación debe ser secuencial y gozar de un ciclo de retroalimentación entre los procesos que intervienen en él, los cuales determinarán el éxito del proyecto.

En un sentido amplio, investigar es hacer diligencias para descubrir una cosa, pesquisar, inquirir, indagar, discurrir o profundizar concienzudamente en algún género de estudios. [i] En un sentido más restringido, la investigación es un proceso que, mediante la aplicación de métodos científicos, procura obtener información relevante y fidedigna, para extender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento.

En este sentido decimos que la investigación educativa, según nos plantea el módulo fundamentos es: “el manejo de cosas, conceptos, símbolos, con el propósito de obtener generalizaciones que permitan corregir o verificar el conocimiento, ya sea que éste auxilie en la construcción de una teoría o en la práctica de un arte”. En este ensayo entonces estaremos hablando acerca del problema, estado del arte, hipótesis, variables, técnicas de muestreo, metodología y tipos de investigación. Comenzaremos hablando de la primera.